lunes, 11 de noviembre de 2013

Historia típica de botellas.

2 botellas, una de cerveza y una de vino, ambas consumidas justo antes de embarcar..

¿Qué decir?
Una emoción naranja se hundía por el triángulo.
Escribí una nota
"No soy feliz. Ya.
Ahora que alguien, algo, alguno ó alguna, por no decir varios, venga buscarme. Encontradme por favor, me hundo, estoy perdida"
La arranqué, la doblé y la introduje en la suave, frágil y amarillenta cajita de cristal, cerveza.
Desde su ventana la tiré al mar, 
sin esperanza, 
el dolor interior trajo olas rápidas..
La botella de vino se quedó vacía,
mirando a su muerte.
Pasó hace muchos siglos.
Una cara  redonda de cristal esperaba su salvación. 
Nunca fue. 
Toca, toca mariposa..
 que como pases muy cerca te estampo.
Hoy me he despertado de otra manera.
Oye, que suerte!
Ya estoy lista, y re-lista.
Tu viaje  preparado.
Tu destino estuvo aquí.
Cojo la botella y la lleno de mar
Me la bebo.
En cada sorbo decido que mi cuerpo se limpia  de salitre.
Decido hacer un milagro, y no volver a mirar.
Un luz mágica sobre mi cabeza.
El vino se convierte en peces.
Mi boca se llena de sal,
mi traquea cicatriza 
y el vino ya no es droga.
 Vinieron a rescatarme
Ya no estaba y se fueron.


No hay comentarios:

Publicar un comentario